Control fitosanitario de las hortalizas
Manejo Fitosanitario de Hortalizas
La campaña de manejo fitosanitario de hortalizas consiste en un conjunto de actividades y esfuerzos que se aplican en el combate de las plagas tales como: mosquita blanca, chicharra cantadora y palomilla dorso de diamante.
La función esencial es evitar los focos de infestación mediante el muestreo y monitoreo sistemático de las plagas, reordenamiento de las fechas de siembra y destrucciones de socas. |
Se tiene implementado del Plan Regional Fitosanitario para el Manejo de mosquita blanca a partir del 2005 por parte de los productores, las autoridades federales, estatales y organismos auxiliares, los cuales dan seguimiento a las actividades a través de los Grupos Técnicos que operan en cada región agrícola, cuyo objetivo es analizar e interpretar la información encaminada a normar, instruir y supervisar las actividades
de la campaña.
Las actividades para la chicharra cantadora están enfocadas a identificar las zonas con mayor daño en base a la cuantificación de número de ninfas por estrato de suelo, exubias por metro cuadrado y adultos por cada diez metros lineales. Así mismo, se instalaron 253 trampas de luz negra para cuantificar y evaluar la capacidad de control de la plaga.
Beneficios
Reducción en los costos en la producción hortícola de la región y la prevención de daños en la calidad de la fibra en el algodón
Logros y éxitos
Las poblaciones de mosquita blanca en el sur de Sonora se han mantenido por abajo del objetivo planteado de 20%, promediando 8.0% de infestación de adultos lo que ha permitido proteger la productividad de los cultivos hortícolas de las regiones productoras del Estado de Sonora.
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Con relación a chicharra la población se mantuvo en nivel bajo con promedio de 0.13 ninfas/sitio de muestreo en 7,660 hectáreas, lo que representa una reducción de 87% con relación al objetivo planteado de reducir el nivel de infestación por abajo de una ninfa/sitio de muestreo.
En palomilla dorso de diamante se mantuvo en nivel bajo con promedio de 4.6 capturas/trampa, cumpliendo con el objetivo planteado de reducir el nivel de incidencia por abajo de 8.7 capturas/trampa, con lo cual se evitaron pérdidas en la producción de crucíferas en la región de Magdalena, Sonora.
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